Hace tres o cuatro años volví al Instituto para dar una charla de cosas de trabajo a los profesores que formaban parte de un grupo de trabajo. Al traspasar la puerta de entrada, tras la que me recibieron amablemente, me traspasó un escalofrío, habían pasado más de veinte años. En fin que me dio un ataque de nostalgia, más aún cuando en el descanso de la charla pregunté por nuestros profesores y me dijeron que de los de entonces ya no quedaba allí ninguno, muchos jubilado, otros en el Centro de adultos, algunos perdida la pista; por no quedar no quedaba ni el nocturno.
Salí de allí un poco triste, pero al menos me sirvió para que ya estuviera curado el día del aniversario.
Ojalá todo el mundo guardara tan buen recuerdo como nosotros de sus años de instituto.
Salí de allí un poco triste, pero al menos me sirvió para que ya estuviera curado el día del aniversario.
Ojalá todo el mundo guardara tan buen recuerdo como nosotros de sus años de instituto.
